aceptación del desgaste permanente que produce en el corazón del hombre el paso del tiempo; el presente devorando inexorablemente el futuro y moldeando los sucesivos paisajes en los que se desenvuelve su existencia.
Salimos conscientemente de nuestra zona de seguridad, y en pleno estado de confianza, nuestro espíritu se expande, las formas fluyen hacia todos los caminos posibles…
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